(Poder, fuerza, habilidades psíquicas)
En un reino más allá de la comprensión mortal, donde el tiempo y el espacio se disuelven en una vasta realidad eterna, reside Merlín, el mago sabio y visionario. Su hogar no es un lugar físico, sino el Mundo de la Unidad, una dimensión donde todo es uno y uno es todo. En este reino, Merlín se manifiesta como la encarnación de la totalidad, una presencia que abarca todo lo que existe, lo que se escucha, lo que se observa y lo que se sabe. En el Mundo de la Unidad, Merlín es el Todo.
Un día, Merlín se dirigió a los habitantes de la Tierra, aquellos atrapados en el mundo ilusorio de la dualidad. Les habló con una voz profunda y resonante, que parecía venir tanto de dentro como de fuera de ellos mismos. “Yo resido en el mundo de la unidad, de lo real,” dijo Merlín. “Aquí, todo existe como un solo ser, donde la separación es una ilusión y el amor es la esencia misma del ser.”
Merlín les explicó que ellos, los humanos, habitaban un mundo basado en la dualidad, donde la separación y la vulnerabilidad eran experiencias comunes. En este mundo, el tiempo era una red que atrapaba a las personas en la ilusión de la existencia fragmentada, donde cada cosa tenía un comienzo y un final. Esta percepción del tiempo y la separación les llevaba a anhelar amor y conexión, sin darse cuenta de que ya estaban profundamente amados desde el principio de los tiempos.
“En mi mundo,” continuó Merlín, “que también es el de ustedes, no existe el tiempo como lo conocen. Todo es eterno, y en la eternidad, todo es uno. No hay espacio ni distancia que nos separe. En realidad, no hay separación alguna, solo la ilusión de separación. Al igual que yo, ustedes son los creadores de su propia realidad. Todo lo que perciben y experimentan es una manifestación de su propia creación.”
Merlín les ofreció una revelación crucial: el corazón humano es el vínculo entre el mundo de la dualidad y el Mundo de la Unidad. “Escuchen a su corazón,” les dijo, “porque solo él contiene la sabiduría de todo el universo. En su interior, ustedes llevan el conocimiento de la unidad y la eternidad. A través de su corazón, pueden recordar su verdadero poder y reconectar con la realidad que trasciende el tiempo y el espacio.”
Con estas palabras, Merlín les invitó a buscar la verdad dentro de sí mismos. Les animó a trascender las limitaciones impuestas por la ilusión de la separación y a recordar que el amor que buscaban estaba siempre presente en su ser más profundo. En el silencio de su corazón, encontrarían la respuesta a sus anhelos y el conocimiento de su verdadera naturaleza.
La leyenda de Merlín se convirtió en una enseñanza atemporal, transmitida de generación en generación. Su mensaje resonó a través de las eras, recordando a todos que, aunque vivan en un mundo de dualidad y aparente separación, la verdad eterna de la unidad siempre está al alcance de su corazón.
Las personas comenzaron a buscar la sabiduría en su interior, meditando y reflexionando sobre la verdad de su ser. Descubrieron que, al conectarse con su corazón, podían superar las barreras de la separación y experimentar una profunda conexión con el universo. Merlín, aunque invisible y etéreo, seguía guiando a aquellos que estaban dispuestos a escuchar y recordar su verdadera esencia.
Así, la leyenda de Merlín perdura, una historia que nos recuerda que, más allá de las ilusiones del tiempo y el espacio, somos uno con el universo y que el amor eterno reside en el corazón de cada ser. Merlín, el mago del Mundo de la Unidad, sigue siendo una luz guía para aquellos que buscan trascender las limitaciones y descubrir la verdad de su existencia eterna.