En el corazón del desierto árabe, el sabio troll Jalil había descubierto un conocimiento ancestral que iba más allá del simple manejo del dinero. Había aprendido los secretos de la verdadera riqueza: la generosidad y la gratitud. Desde su cueva oculta entre las dunas, Jalil no solo compartía sus riquezas materiales, sino que también infundía