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Leyenda de Brigit: La Diosa Triple de la Fertilidad y la Creación
En la rica mitología celta irlandesa, se encuentra la figura de Brigit, la hija del poderoso Dagda. Su nombre, derivado de “Brig,” significa “La más grande” o “La más venerada,” un título que lleva con gracia y poder. Brigit es una diosa triple, y a menudo se la representa junto a sus dos hermanas idénticas, todas vestidas con ropajes etéreos que brillan con una luz celestial.
Brigit es conocida como la protectora de la poesía, la artesanía y los médicos. En su dominio, la creatividad y el ingenio florecen. Los poetas la invocan para encontrar las palabras justas, los artesanos para perfeccionar sus obras y los médicos para descubrir curas milagrosas. Su influencia en estas áreas es tan profunda que se dice que los bardos más talentosos, los herreros más hábiles y los sanadores más eficaces deben su destreza a las bendiciones de Brigit.
Pero más allá de estos dones, Brigit también es un espíritu de la fertilidad. En los días antiguos, cuando las parejas deseaban con fervor tener hijos pero encontraban dificultades para concebir, se dirigían a los templos dedicados a Brigit. Con oraciones sinceras y ofrendas humildes, pedían su intervención. Se dice que aquellos que eran bendecidos por Brigit sentían una calidez en su corazón y, poco después, encontraban el don de la maternidad.
Una de las historias más conmovedoras sobre Brigit habla de una joven pareja, Eilin y Padraig, que durante años habían intentado tener un hijo sin éxito. Desesperados y llenos de esperanza, viajaron hasta el templo más sagrado de Brigit en la cima de una colina rodeada de flores silvestres. Allí, encendieron velas y recitaron versos de poesía en honor a la diosa, implorando su ayuda.
Esa noche, Brigit apareció en sus sueños, vestida con su ropaje resplandeciente y acompañada de sus hermanas. Con una voz suave y melodiosa, les aseguró que su deseo sería concedido. Al despertar, Eilin y Padraig sintieron una alegría inexplicable y una paz que nunca antes habían conocido. Nueve meses después, dieron la bienvenida a un hermoso bebé, a quien llamaron Brianna en honor a la diosa que les había otorgado tan preciado regalo.
La historia de Eilin y Padraig se convirtió en una leyenda, y el templo de Brigit en la colina se transformó en un lugar de peregrinación para aquellos que buscaban la bendición de la fertilidad. A lo largo de los siglos, innumerables parejas dejaron sus historias grabadas en las piedras del templo, agradeciendo a Brigit por sus dones y milagros.
Así, Brigit, la diosa triple, sigue siendo una figura venerada en la mitología celta irlandesa. Su influencia sobre la poesía, la artesanía, la medicina y la fertilidad resuena a través del tiempo, recordando a todos la grandeza y la bondad de “La más grande” y “La más venerada.”